sábado, 14 de mayo de 2022

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Los fenómenos naturales y su incidencia en la vida de los seres humanos


En general llamamos desastre a un acontecimiento o serie de sucesos de gran magnitud, que afectan gravemente las estructuras básicas y el funcionamiento normal de una sociedad, comunidad o territorio, ocasionando víctimas y daños o pérdidas de bienes materiales, infraestructura, servicios esenciales o medios de sustento de las comunidades  afectadas para enfrentarlas sin ayuda, por lo que se requiere de acciones que se tomarían en situaciones de emergencia. Sin embargo un desastre no es un fenómeno natural, sino las consecuencias del impacto de un determinado fenómeno de origen natural o por la  tecnología de los seres humanos sobre una sociedad, una comunidad y los elementos vulnerables existentes en un territorio. Comprendiendo esto nos podemos centrar en las consecuencias negativas de los fenómenos naturales y su influencia en las actividades diarias de los miembros que conforman una sociedad, estos fenómenos naturales pueden ser estudiados desde la astronomía, geología, hidrológica, meteorología, biología, ecología y muchas otras ramas de las ciencias. 


Teniendo claro que un desastre constituye un evento  inesperado, provocado por la naturaleza o por el hombre, que por su magnitud afecta las estructuras biológicas, psicológicas y ecológicas, alterando la cotidianidad, causando daños, pérdidas materiales y humanas que colocan a la población en una situación de crisis. Antes de mencionar algunos ejemplos los desastres pueden clasificarse basándonos en diferentes variables, algunas de estas son por su aparición que pueden ser súbitos o mediatos; por su duración pueden ser de duración corta a media o larga; por su origen se pueden dividirse en naturales y estos a la vez se pueden subdividir en: los que se originan por fenómenos de geodinámica interna y dan lugar a sismos, maremotos y actividad volcánica, aquellos que son producidos por geodinámica externa dando lugar a deslizamientos, los producidos por fenómenos hidrometeorológicos y que dan lugar a precipitaciones, inundaciones, tormentas eléctricas, sequías y también pueden ser inducidos, es decir, desastres provocados por la acción del hombre dando lugar a incendios, contaminaciones químicas y radiológicas, explosiones, daños a la ecología.


Los desastres naturales tienen algunas incidencias negativas, que afectan y modifican el entorno del lugar en donde ocurren. Sin embargo, estos eventos no solo tienen esta consecuencia, sino que la mayoría de veces los fenómenos naturales pueden generar otros fenómenos, amplificando el rango de daño, por ejemplo: un terremoto puede generar un tsunami, una erupción volcánica a un lahar, un incendio forestal a una sequía, entre otros.


Desde un punto de vista médico todo es diferente, no todos los desastres naturales provocan las mismas consecuencias, por lo que lo primero que una organización médica debe realizar es una evaluación de las necesidades en ese sector, con el fin de que la asistencia sea la más apropiada, debido a que puede suceder que el número de personas que hayan resultado heridas sea excesivo y el sistema de salud local no pueda atenderlas, tal cual ocurrió tras el terremoto de Haití de 2010.


En crisis como la anteriormente mencionada, la atención médica proporcionada por el organismo de salud encargado tuvo que enfocarse en la estabilización, la cirugía y la atención posterior al procedimiento. Para evitar complicaciones todo este proceso debe hacerse en el menos tiempo posible, con el fin de evitar que, en caso de que existan heridos, estas lesiones no se infecten. De forma consecuente se debe brindar a la población afectada la rehabilitación necesaria para asegurar la completa recuperación de los pacientes.

Una creencia que suele perturbar a quienes son sobrevivientes de desastres catastróficos naturales es la de una posible epidemia por la presencia de cadáveres a la intemperie, pero debemos resaltar que esto no es correcto. Estos cadáveres murieron por causas desafortunadas, pero eran personas sanas, al menos se presume esto, y su causa de muerte fue por este evento natural, mas no por una infección bacteriológica, viral, entre otras.


Las consecuencias posteriores a un desastre no solo pueden costear vidas, si no que también pueden afectar a la economía del sector, si no es que de todo el país o incluso a nivel internacional. Un ejemplo reciente de este tipo de fenómenos en nuestro territorio ecuatoriano fue el acontecido en el sector de la Comuna y La Gasca, Quito, en la que un fuerte aluvión arrasó con todo lo que estuvo a su paso. Solo en el sector de La Gasca hubo 28 muertos y 56 heridos, y mucha de las viviendas, negocios, infraestructuras que albergaban familias simplemente desaparecieron. La afectación de negocios no solo afectó a la comunidad damnificada, ya que también afectó a algunas comunidades y comercios aledaños, los proveedores no ingresaban a este sector para abastecer de productos a los locales, y fue solo cuestión de tiempo para que se acabaran los recursos y productos.

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